sábado, 11 de agosto de 2007
Independiente de lo agotador que sea mi día, de lo bien o mal que lo esté pasando, al esconderse el sol, Valparaíso se ve más lindo que nunca. Infinitas luces iluminan sus grandes cerros, la bahía aparece negra e interminable, con un par de barcos dejando el puerto o bien llegando... De pequeña me instalaba en las ventanas a ver el paisaje iluminado, y pensaba en cuántas historias se estaban tejiendo tras esos destellos... Es una de las pequeñas cosas que me hacen feliz...
Tb disfruto:
  • Caminar sobre las hojas secas en otoño
  • Caminar bajo la lluvia sin paraguas
  • Mirar el mar de cerca, maravillada como una forastera
  • Soplar los "viejito pascuero", esas flores blancas silvestres que crecen en primavera...
  • La sonrisa de Nicolás... o verlo dormir...
  • Ver, una vez más, una de mis películas favoritas...
  • Escuchar una bella canción
  • Bailar!
Hay una playa, en la Avenida Altamirano, que en vez de arena en su orilla, tiene grandes piedras. El oleaje las mueve, y ese sonido, es muy agradable. Como me dijo Valparaisina: "es como si cantara el mar". Cuando llueve, el sonido es tanto mejor, la marea sube y se puede sentir la sal del mar furioso... No hay mejor paseo que ése para mí... a solas...
Encantarse con la soledad, descubrir los ángeles tras los demonios que se espantan, disfrutar lo cotidiano. Con la complejidad de lo simple...

 
posted by Violeta z at 20:50 | 14 comments