viernes, 2 de noviembre de 2007

Nubes de algodón


...pero todo está claro


y es más dulce


más útil


sobre todo más dulce


reconocer que el tiempo está pasando


que está pasando el tiempo


y hace ruido


y sentirse de una vez y para siempre


olvidado y tranquilo


como un cero a la izquierda.




Mario Benedetti 1959
 
posted by Violeta z at 13:49 | 11 comments
miércoles, 31 de octubre de 2007
Nací a las 6:45 de la mañana, pero eso no marcó mi carácter. Cada amanecer el mejor de los paraísos está junto a las exquisitas sábanas y mi inigualable almohada. No importa cuánto esté iluminado el día, ni lo que espere de él, levantarme siempre ha sido una tortura. Creo que haber nacido a esa hora da cuenta más bien que era una guagua molestosa, que se le ocurrió llegar al mundo en pleno toque de queda. A mi madre le costó tanto llegar al hospital que no tuvo trabajo de pre parto. Nací así, casi en los pasillos de ese hospital de la República independiente de Playa Ancha.

Quién estaba en la puerta?

Desde ese día la vida ha corrido acelerada y mi memoria tatúa obsesivamente eventos, fechas, detalles extrañísimos que me han ocurrido, personas, rostros. No sé si mis recuerdos son tan puros o están sesgados por otros relatos que alguna vez escuché o presencié. Mis primeros años me rodeaba de adultos geniales, a quienes admiraba e imitaba, mi familia es enorme y vivía en esos barrios de antaño en que se respiraba comunidad. O al menos así lo idealizo a la distancia...
21 años después llegó Nicolás y cambió radicalmente lo que hasta ese momento yo veía como un ciclo lineal de las cosas. La sorpresa forma parte de los días y ya no vivo sólo por mí, sino que por y para otro...
Nico y yo
Mi detallista memoria me haría decir mil veces muchas cosas, del todo irrelevantes, para decir cómo ha sido este camino... Lo que tengo claro, es que para mí, los cumpleaños son un símbolo. Es poner el contador personal nuevamente 0.00 y casi crear la oportunidad de rumbos nuevos. Nunca ha sido tan así, pero cada 31 de los Octubres, como solía decir de pequeña, me engrupo con eso...
¡A CELEBRAR!!!!!!
Bienvenidos 29 años...
 
posted by Violeta z at 19:15 | 8 comments
martes, 30 de octubre de 2007


Lo que sigue a estas líneas es la más pura pelada de cable, pero hay algo que nunca me ha dejado de llamar la atención: los nombres de las botillerías. Primero: no hay barrio que no tenga al menos una, que a ratos, es el espacio de encuentro, en su interior, o sus alrededores. En Valpo al menos, los que las atienden se caracterizan por su carisma, siempre tienen la talla a flor de labios, la tele sintonizada en las noticias o en los partidos de fútbol, y en general, uno se sabe el nombre del dueño del boliche.


Ya sea en los lugares donde he vivido (muchos, tengo alma de Yesenia*), o los terrenos recorridos, o los barrios visitados, tienen su local: "El Cielo", "La Fama", "El Amigo", "El socio", "La conquista", entre otras. Puros nombres winner.


En el lugar en que vivo, había dos botillerías en disputa. El dueño de una era colocolino, y el otro, wanderino. El albo tenía la mega botillería, y el caturro una pequeña, casi sin refrigeradores, con estantes de colores, bien típica. Como en este sector la gente es verde, decían que iban a arruinar al Colocolino. Sucedió al par de años, el caballero que sacaba pica con cada triunfo y sufría bromas de distinto calibre con las derrotas, un buen día bajó la cortina de su mega local. Al poco tiempo, el wanderino se tomó el lugar, agrandando su negocio y sustituyó los estantes de colores por grandes refrigeradores, poster de Pamela Díaz, helados, picadillos varios y algo más. Fue un triunfo comunitario, decían. Los que se paraban afuera de la botillería decían que habían logrado su objetivo, que David le había ganado a Goliat, que eran fieles a "Manolito". Yo juraba que así era, y pensaba que claro, en Chile no se puede tomar posiciones en política, religión ni fútbol. Menos si hay un copete de por medio.
Pero resulta que ese "algo más" era la diferencia de la oferta wanderina. Mientras el colocolino abría las cortinas de su mega negocio plagado de banderines (igual que el otro no más, uno con más estrellas, claro está), "de atrás pica el indio" (paradojas del mercado) y el caturro vendía todos los días y todo el día cañas de vino a $100. Eso quería decir que si ese día no te alcanzaba para la cajita amiga, al menos tenías asegurada la "rayuela corta". Así prosperó tanto, que llegó al monopolio, y en medio de la modernidad, mantiene la venta de la caña, ya casi institucionalizada. Práctica ilegal por lo demás, pero conocida por todos y todas y probada por la mayoría de los asiduos clientes.
Extraña cosa ésto de que a ratos las botillerías son los "espacios públicos" más frecuentados en los lugares. Ofreciendo combos, variedades en toxicidad y grados etílicos. El alcohol es un potente antidepresivo, pero ahí la trampa, te acrecienta las depres con la misma rapidez con que te las "cura". Y al final el amigo de la botillería es como aquel que te vende el veneno (Como dice la letra de Nicole: "te disfrazas de lo que me hace falta"). Afuera del negocio caturro hay unos cuantos que deambulan diariamente pidiendo un par de monedas para su caña mañanera, mientras el resto compra en las panaderías, entra a un ciber o manda algo a coser, sin pescar demasiado. parecen decir "el que esté libre de pecado o nunca se haya tirado al litro que lance la primera piedra". A ratos, el hilo del abuso a la dependencia, es demasiado fino....
(*Yesenia era una teleserie ochentera de una gitana que se enamoraba de un paisano. Cuando yo estba en el colegio, si te cambiabas mucho de casa, tenías ese apodo)
 
posted by Violeta z at 1:27 | 4 comments
domingo, 28 de octubre de 2007
el miedo
Una mañana, nos regalaron un conejo de Indias. Llegó a casa enjaulado. Al mediodía, le abrí la puerta de la jaula.Volví a casa al anochecer y lo encontré tal como lo había dejado:jaula adentro, pegado a los barrotes, temblando del susto de la libertad.

el mundo
Un hombre del pueblo de Neguá, en las costas de Colombia, pudo subir al alto cielo.A la vuelta, contó. Dijo que había contemplado, dede allá arriba, la vida humana. Y dijo que somos un mar de fueguitos.
El mundo es eso - reveló-. Un montón de gente, un mar de fueguitos.
Cada persona brilla con luz propia entre todos los demás. No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende.

El sistema
Los funcionarios, no funcionan.
Los políticos hablan, pero no dicen.
Los votantes votan, pero no eligen.
Los medios de información desinforman.
Los centros de enseñanza, enseñan a ignorar.
Los jueces, condenan a las víctimas.
Los militares están en guerra contra sus compatriotas.
Los policías no combaten los crímenes, porque están ocupados en cometerlos.
Las bancarrotas se socializan, las ganancias se privatizan.
Es más libre el dinero que la gente.
La gente, está al servicio de las cosas.
Y yo? según yo?
Soy un fuego loco, violeta, con miedo a las libertades que aparecen y se esconden, sumida en un sistema que entiendo poco, pero que juro que a ratos cambio, con la sonrisa de mi hijo, con las palabras de mis cabros, con tus ojos, con las conversaciones con mis amigos, con los recuerdos atesorados, con los sueños forjados...
 
posted by Violeta z at 19:13 | 5 comments