
Hoy Valparaíso está bellísimo. Regresé después de una semana, lesionada y con harta pena, pero volver a esta tierra tan familiar, me reconforta. El cielo estaba despejado y el olor a sal del puerto se impregnó fuertemente. Aunque debo decir que la semana de descanso no estuvo mal. Esas conversaciones entre mujeres que tienen de todo un poco: risa, llanto, relatos inconfesables, canciones extrañas de fondo, y bla bla, en compañía de tu madre y sus amigas; paseos con mi hijo recorriendo esta ciudad desconocida y sus mil preguntas a veces sin respuesta; la cordillera majestuosa a falta del mar omnipresente (y de paso aprender a distinguir la de los Andes y la de la costa); uno que otro baile, una que otra expo. Más que la sumatoria de eventos, lo que queda en limpio, es pensar que no importa el espacio, con buena compañía y un poco de relajo, todo lugar puede ser agradable... aún la misma capital de Chile...
Lo único mal... me quedé con las ganas de ir a Barcelona Toolbar... sólo estuve cinco minutos...