Habíamos programado nuestra visita a ese bar, porque teníamos referencias del absenta, sus leyendas asociadas, y del supuesto efecto de "hablar más, con mayor profundidad, de lo fundamental". Claro. Suelo quedarme en la forma y no en el fondo, como una especie de defensa, y de pronto, aparece un elíxir que se supone me hará superar por una fracción de tiempo esta limitación. Y sí! soy engrupida, hay que decirlo. El licor en cuestión me tenía intrigada.
El bar verde de paredes, luces y motivos, te recibe con unas bellas mesas y un hiperventilado DJ, que por instantes, más largos de lo que se quisiera, se transforma en un multifacético músico de melodías ancestrales y te mira feo si no lo valoras de principio a fin. Las copas traían distintas variedades de absenta, al gusto del consumidor, quedándome con el Vintage, mi amiga con el azul y "el chiche" con uno aromatizado de cannabis. Terrones de azúcar encendidos con una llama azul, le daban una mística, y a ratos yo parecía una niña mirando su torta de cumpleaños, concentrada en su resplandor.
¿El efecto? Debo decir que es un trago rudo. Por parte baja de 45°. Pero paradójicamente, no tiene efecto cabezón. A ratos dudamos de aquéllo de los poetas malditos, de la inspiración, de los estados de locura que hicieron que el mismísimo Van Gogh mutilara su oreja... Más bien fue un escenario propicio para una agradable velada, con ingredientes extraños. No sé si fue producto del absenta, de quienes fuimos, o de qué.... pero en verdad, parece que nos inspiramos con:
-El camino de un "Chu"
-El bloqueo y desbloqueo de nuestras chacras
-La desensibilización progresiva
-Dejamos entrever sólo parte del decálogo de nuestra abadía
-Creamos juegos de flirteo
-Hablamos, reimos y terminamos en una laberíntica casa del puerto aromatizada con exquisitos expresos y Drexler de fondo.
-Nuestro próximo destino: vuelo en parapente
Qué freak noche la de anoche! Se viene: Rituales de abadía.
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la historia de la melancolía
nos incluye a todos.
me retuerzo
entre las sábanas sucias
mientras fijo mi mirada
en las paredes azules
y nada.
me he acostumbrado
tanto a la melancolía
que la saludo
como a una viejaamiga.
ahora tendré 15 minutos de aflicción
por la pelirroja que se fue,
se lo diré a los dioses.
me siento realmente mal
realmente triste
entonces me levanto PURIFICADO
aunque no haya resueltonada (...)
hay algo mal en mí
además de la melancolía
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Verde absenta es un bar de nueva data, especializado en el licor de ajenjo, vendiendo además otros bebestibles, tablas, sushi y otros picadillos. Módicos precios. Puede tomar un absenta por $2000 a $5000, de acuerdo a su gusto y bolsillo. Acompañado de maní con merquén. Si se tienta con la idea, diríjase a Salvador Donoso casi esquina Huito, Valparaíso. No me hago responsable de los efectos.
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