Diciembre en Valparaìso es como el tèrmino de una fiesta para comenzar otra. Toda la carne fuera a la parrilla de una vez. Los carnavales fue un poco de todo, hasta desorden colectivo, pero èso da para largo... El Sàbado "Sin sangre" me dejò con los pelos parados y con esa sensaciòn de la caja infinita de la memoria y sus mùltiples escapes. El odio, el amor, el dolor, el sufrimiento, la sangre, tal cual: “Cuando la venganza se transforma en el único camino visible, cuando la muerte se hace dueña de todo destino, irrumpe la certeza que parecía perdida desde siempre: el sino maldito de la tragedia se rompe sólo SIN SANGRE”.

Y ahora... la fiesta. Me gusta el rito de año nuevo. Como si el tiempo por un rato tuviera una dimensiòn distinta... Como si a las 00:01 del 1 de Enero comenzara otra fase... Quemar lo malo del 2007 y quedarse con aquèllas cosas con las que fui feliz. Los fuegos artificiales de fondo, el abrazo a mi hijo y a mi padre, las divertidas supersticiones (lentejas, uvas, lo que sea...) Bailar como una forma de empezar el año riendo...
A exorcizar los demonios de este 2007, que fue un año realmente difìcil... Y como dice mi amiga Patita: "el 2008 se viene la raja"

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