"Una es más auténtica cuanto más se parece a lo que soñó de sí misma" (La Agrado, Todo sobre mi madre).
1-. No me gusta usar carteritas finas, o de cualquier tipo. Prefiero bolsos multifuncionales o las clásicas y versátiles mochilas. Cuando me las regalan intento usarlas, y se auto destruyen porque las cargo demasiado. Las trato como mochilas o bolsos multifuncionales. Esto ùltimo es obvio, y remarco lo obvio. Mal mal
2-.No uso tacos. Abandoné mis bototos por unas botas negras, pero ultra planas... ya lo he dicho, le llaman reducción de daño... Cuando es estrictamente obligatorio, llámese matrimonios y sólo matrimonios, sufro tres días antes de usarlos y dos semanas después. (por favor, no se casen para que no me obliguen a usarlos)
3-.Me resisto a correr. La única ocasión en que lo hago es en las mañanas, antes de llevar al Nico al colegio, lo que por lo demás, me stressa. Pero el resto de las cosas las hago piano piano. Me autoimpongo plazos, y me exijo cumplirlos, al menos en términos laborales. Pero soy ordenada en ello, para NO CORRER.
4-.Soy chascona por escencia. Cuando veo ropa, tiendo a elegir colores llamativos, o bien, color sobrio, pero con un gran escote...
Al menos en forma, me acerco a lo que soñé de mí de pequeña. Cuando era niña, mi madre me peinaba rigurosamente hasta dejarme con rasgos orientales que claramente no tengo, me vestía con horrorosas prendas rosadas y me imponía ser ordenadita en todo. De esos años queda en mí la autoexigencia, y la internalización de normas y convencionalismos. Soy mucho más tradicional que lo confieso, y eso a ratos, me pesa... De fondo es más complejo y da... para largo...
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Semana extrañamente corta... tuve una especie de fin de semana largo, con un cambio de rutina... Ni tanto en realidad, sólo un cambio de espacio, en los mismos temas de la pega, con caras similares y los mismos discursos. Rescato la posibilidad de compartir con Patty, una compañera de pega que a esta altura es una amiga, y la extraña coincidencia de encontrar a
Claudia en una vitrina, concertando espontáneamente el encuentro pendiente en nuestra tierra cotidiana. Aplanamos calles conversando y mirando otras vitrinas... jajajajaja
Y ahora... tomando decisiones laborales... la balanza se inclina a... aún no lo sé...