
No deja de sorprenderme la fuerza femenina. La de tantas que cotidianamente luchan por sí mismas, por sus hijos e hijas, en una sociedad que las emplaza desde la supuesta abnegación innata que emergería de la maternidad, la que por lo demás, he comprobado, no es automática. De serlo, salí con una falla de fábrica, porque vaya que me ha costado y me cuesta ¿será tarde para cobrar la garantía?
Me sorprendo de la fuerza de aquella niña que ha tenido una historia de mierda para cualquier ojo humano, en lo familiar, y en los contextos en los que se mueve, y sin embargo, significa todo, se apropia lucha, despotrica y despierta cada mañana con una sonrisa. Esa niña que tengo la suerte de conocer, admirar, que me dice que me "avispe", porque simplemente su vida la ha impulsado a hacerlo como algo casi "natural". Ella es "chora", se autodenomina "pokeflaite" y yo digo que es una mujer excepcional.
Me asombro de la capacidad obsesiva, de tratar de controlarlo todo y, a ratos, conseguirlo, de las mujeres que me rodean. Del desarrollo de estrategias para enfrentar lo humano y desafiar lo divino. Donde el llanto no es signo de debilidad, sino que una forma de limpieza y de recargar las pilas para pararse otra vez y continuar, cual mono porfiado. Esa capacidad de nombrar las emociones y buscarle sentido a las crisis, reinventándose. Por organizar días de 30 horas para compatibilizar tareas. Porque son secas en lo que hacen... Porque en las conversaciones con ellas pienso que se puede seguir luchando...
Me alegra la fortaleza de mi prima por defender sus posturas, porque a pese a que siempre digo que es chiquitita, siento que crece a pasos agigantados, y me enseña siempre a mirar adelante, a ser positiva, porque me da fuerzas de flaqueza, porque cree en mí y yo siempre en ella...
En suma... gracias a la oxitocina y a la gran producción de estas mujeres que cuido y me cuidan... Gracias a todas, en especial a: Jake, Pame, Claudia, Gloria, Any, Jaz, Patita, Andrea, Claudia, Clausy, Iris, Barbie, Karo, Natacha...
PS: ya hablaré de la vasopresina y los grandes hombres que quiero un montón... jaja!
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